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--La pintura de Emmy-Lou Packard--

En Noviembre de 1928 una Dama americana y su hija vinieron a verme, para mostrarme las pinturas que hacía la niña; eran la señora Packard y Emmy-Lou -- la exelente pintora de hoy -- que, entonces tenía 13 años.

Me sorprendió el gran carácter, la sensibilidad de tonos, y la verdad objetiva y subjetiva, de las pinturas de la vida mexicana que hacía esa niña norteamericana. Desde entonces, me gustan mucho las pinturas de Emmy-Lou Packard.

Supe que aquella americanita rubia y tristona con cara de angel gótico jamás qué se hubiera bajado de los alto-relieves de Chartres, había nacido en El Centro, California, a unas dos millas de la frontera de México, en una estación agronómica experimental dirigida por su padre. Dulce y huraña [[right margin]] shy [[/right margin]], [[left margin]] surly or fearful [[left margin]] arisca, casi salvaje y luminosa tenía todo el carácter de la tierra donde había nacido. Sus frutos primicios correspondían en todo a los antecedentes y al lugar del nacimiento de la planta que los había producido. Semilla, franco-hugonote-anglo-irlandesa venida cuatrocientos años hace a América a través de Holanda; con cuatrocientos anos de aclimatación e ___adaciones nuevas la planta ahora tenía raíces profundas en el suelo de nuestro continente. Nacida en la frontera y floreciendo en México la planta-pintora era el tipo de la verdadera americana ciento por ciento, es decir, de los hombres y mujeres para quienes es patria única el territorio comprendido entre el extremo norte del Canadá al extremo sur de la tierra del fuego.

Durante su desarrollo, las flores de la planta Emmy-Lou miraron siempre en dirección del sur del río Colorado. Cuando ha vivido en el norte de California, en su querido -- y mi querido -- San Francisco se ha sentido nostálgica de Mexico. Los verdaderos americanos, cuando nacemos en el Sur nos sentimos nostálgicos del norte y si nos paren allá soñamos siempre en ir a vivir al Sur, porque en realidad necesitamos poseer todo el continente. Esta